viernes, 19 de marzo de 2010

Comentarios a la lectura: LOS SIETE SABERES NECESARIOS A LA EDUCACIÓN DEL FUTURO DE EDGAR MORÍN



Autora: Ing. Lili Hernández


Edgar Morín en su libro “Los siete saberes necesarios a la educación del futuro” describe lo que para él son los siete saberes fundamentales que la educación debería tratar en cualquier sociedad y en cualquier cultura, éstos son: las cegueras del conocimiento, los principios de un conocimiento pertinente, enseñar la condición humana, enseñar la identidad terrenal, enfrentar las incertidumbres, enseñar la comprensión y la ética del género humano.


Estos saberes fundamentales son descritos de manera detallada en cada uno de los siete capítulos del libro, donde el autor incluye reflexiones profundas sobre el Universo, la vida y la concepción compleja del género humano comprendida en la triada individuo - sociedad - especie. A continuación, se describen brevemente las reflexiones del autor para cada uno de los siete saberes necesarios a la educación del futuro incluidos en su propuesta.

Las cegueras del conocimiento

Parte Morín en este capítulo de la premisa de que todo conocimiento conlleva el riesgo del error y de la ilusión, y afirma que la educación debe así mostrarlo y dedicarse a la identificación de los orígenes de esos errores, ilusiones y cegueras del conocimiento.


En este sentido, se entiende que la educación en cualquier sociedad y en cualquier cultura debe reconocer y considerar, a la hora de generar y transmitir conocimiento, lo susceptible del mismo a algún grado de error e ilusión. En los procesos de generación y transmisión de conocimiento participan directamente seres humanos, con modelos mentales, conocimientos, valores, principios y creencias distintas, que influyen definitivamente en las percepciones, traducciones y reconstrucciones que él mismo hace sobre la información recibida. Expresa Morín, “los individuos conocen, piensan y actúan según los paradigmas inscritos culturalmente en ellos”, es precisamente durante los procesos de percepción e interpretación, donde surgen las cegueras del conocimiento, derivadas éstas de errores mentales, intelectuales y de la razón, que devienen de la subjetividad, principios, visión del mundo y afectividad del conociente, a esto lo llama el bucle intellect « affect.


Expresa igualmente Morín, que “las posibilidades de error y de ilusión son múltiples y permanentes: las que vienen del exterior cultural y social inhiben la autonomía del pensamiento y prohíben la búsqueda de verdad; aquellas que vienen del interior, encerradas a veces en el seno de nuestros mejores medios de conocimiento, hacen que los pensamientos se equivoquen entre ellos y sobre sí mismos”. En este sentido, el autor considera que es a través del pensamiento complejo que la educación debe afrontar la identificación de esos errores e ilusiones, formando personas para la crítica y la autocrítica, el debate constructivo de ideas y la capacidad de responder positivamente ante la incertidumbre.
Los principios de un conocimiento pertinente

La pertinencia del conocimiento, es según Edgar Morín otro de los problemas que debe enfrentar la educación. Apunta el autor, que hay una inadecuación cada vez más amplia, profunda y grave, por un lado entre los saberes que se imparten desunidos, divididos, compartimentados y por el otro, realidades o problemas cada vez más poli disciplinarios, transversales, multidimensionales, transnacionales, globales, planetarios, a los que la educación actual le es imposible dar respuesta al impartir conocimientos segmentados y alejados de la realidad y del contexto.


Señala Morín, que el conocimiento de las informaciones o elementos aislados de su contexto es insuficiente y carente de sentido. Las instituciones educativas entonces, como organizaciones que imparten conocimiento, deben evitar el “autismo social”, deben cuidar y estudiar el contexto de manera tal de dar respuesta pertinente a una sociedad con realidades y problemas complejos. De esa manera, expresa Morín, “una sociedad es más que un contexto, es un todo organizador del cual hacemos parte nosotros”. En este sentido, la sociedad como unidad compleja es multidimensional, y la educación debe reconocer esta multidimensionalidad y generar e insertar conocimiento pertinente a la sociedad que sirve.


Por otro lado expresa el autor, que un conocimiento pertinente debe enfrentar la complejidad. Complexus significa lo que está tejido junto; en efecto, hay complejidad cuando son inseparables los elementos diferentes que constituyen un todo y que existe un tejido interdependiente, interactivo e inter-retroactivo entre el objeto de conocimiento y su contexto, las partes y el todo, el todo y las partes, las partes entre ellas. Es así como la propuesta apunta a que la educación debe promover una inteligencia general apta para referirse, de manera multidimensional, a lo complejo, y al contexto en una concepción global, y expresa el autor:

“En la misión de promover la inteligencia general de los individuos, la educación del futuro debe utilizar los conocimientos existentes, superar las antinomias provocadas por el progreso en los conocimientos especializados a la vez que identificar la falsa racionalidad”

Enseñar la condición humana

Muy ligada a la pertinencia del conocimiento está la demanda social de que esa respuesta más pertinente de la educación incluya cuestiones vitales de la humanidad. Así, expresa Morín, “una de las vocaciones esenciales de la educación del futuro será el examen y el estudio de la complejidad humana. Ella conduciría a la toma de conocimiento, esto es, de conciencia, de la condición común a todos los humanos, y de la muy rica y necesaria diversidad de los individuos, de los pueblos, de las culturas, sobre nuestro arraigamiento como ciudadanos de la Tierra...”


En este capítulo el autor reflexiona sobre el ser humano como un ser cósmico, físico y terrenal, producto del proceso evolutivo que determinó la aparición de la especie humana. Sin embargo, expresa que aunque somos resultado del cosmos, de la naturaleza y de la vida, nuestra humanidad misma, nuestra cultura, nuestra mente y nuestra conciencia; nos han hecho seres extraños a este cosmos.


Enseñar en la educación del futuro debe considerar la triada individuo – sociedad – especie y sus complejas interdependencias, pues, expresa Morín: “todo desarrollo verdaderamente humano significa desarrollo conjunto de las autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y del sentido de pertenencia con la especie humana”.

Enseñar la identidad terrenal

Este principio apunta a la necesidad de que la educación contribuya a crear conciencia terrenal, esto a través de una reforma del pensamiento que permita concebir el contexto, lo global, lo multidimensional, lo complejo. Este pensamiento, expresa Morín, debe ser policéntrico, es decir, alimentado de las culturas del mundo y dirigido a incrementar la identidad y la conciencia terrenal. Es necesario fortalecer lo intelectual, lo afectivo, lo moral y lo ecológico; la triada individuo–sociedad –especie vuelve a hacerse presente en este capítulo al hacernos reflexionar sobre que somos seres que formamos parte de una sociedad e interactuamos en ella; formamos parte de una especie, de un planeta que nos da vida y le damos vida. En este sentido, el conocimiento no sólo debe estar dirigido a ser un aporte al desarrollo económico, debe ser un aporte para el desarrollo con responsabilidad social y planetaria.


Por esto, expresa Morín, es necesario aprender a “estar- ahí” en el Planeta, es decir, aprender a vivir, a compartir, a comunicarse, a comulgar. Debemos dedicarnos no sólo a dominar sino a acondicionar, mejorar y comprender. La educación del futuro deberá aprender una ética de la comprensión planetaria.

Enfrentar las Incertidumbres

La incertidumbre es abordada por Morín desde el capítulo I del libro, las cegueras del conocimiento, cuando plantea que es a través del pensamiento complejo que la educación debe afrontar la identificación de los errores e ilusiones, formar personas para la crítica y la autocrítica, el debate constructivo de ideas y dándoles la capacidad de responder positivamente ante la incertidumbre, específicamente advierte, reconocer en la educación para el futuro un principio de incertidumbre racional.


Durante este capítulo, enfrentar las incertidumbres, Morín reflexiona sobre la toma de decisiones, las acciones puestas en marcha una vez se ha tomado una decisión y la importancia de la estrategia como vía para enfrentar la incertidumbre cuando las acciones tomadas y puestas en marcha son cambiadas de curso por los efectos del contexto, a lo que advierte: “el conocimiento es navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certezas”. Es decir, aunque en un momento determinado para la toma de decisiones contemos con la información que consideramos útil y necesaria, una vez tomada la mejor alternativa de acción, esta puede producir efectos no deseados. Estos resultados generarán incertidumbre, y sólo, a través de estrategias claras podrá ser enfrentada. La educación debe formar para trabajar donde lo cierto es lo incierto.


De acuerdo a lo anterior, el pensamiento debe encaminarse y aguerrirse para afrontar la incertidumbre. Plantea Morín, que todo aquello que implica oportunidad implica riesgo y el pensamiento debe diferenciar las oportunidades de los riesgos así como los riesgos de las oportunidades.

Enseñar la compresión

Los siete saberes necesarios a la educación del futuro de Edgar Morín están fundamentalmente enmarcados en la ética y lo humano. Enseñar la comprensión entre las personas como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad es la idea principal de este capítulo del libro.


Reflexiona sobre la polarización de la comprensión, un polo planetario, comprensión entre seres humanos de distintas culturas y, el individual, comprensión entre allegados, familiares, amigos. El capítulo abarca el estudio de dos componentes de la comprensión: lo intelectual u objetivo, donde se requiere la explicación de lo que se espera sea comprendido; y lo humano u intersubjetivo, donde debe incluirse necesariamente un proceso de empatía, de identificación y de proyección. El enseñar a comprender desde lo intelectual y desde lo humano, es decir, abarcando la complejidad de los hechos, permitiría aceptar con respeto y humildad los errores de otros y los propios. Recuerdo en este instante las barreras defensivas de Argyris y Shön (1976), quienes plantean las prácticas y actitudes defensivas de los tomadores de decisiones cuando la acción no ha dado los resultados esperados. Tienden a engañarse a sí mismos y a otros sobre el error cometido, ocultándolo o justificándolo, seguramente por el temor de no ser comprendidos.


En este orden de ideas, la educación debe enseñar que la comprensión no excusa ni acusa: ella nos pide evitar la condena perentoria, irremediable, como si uno mismo no hubiera conocido nunca la flaqueza ni hubiera cometido errores. Si sabemos comprender antes de condenar, expresa Morín, estaremos en la vía de la humanización de las relaciones humanas, ya que comprender es también aprender y re-aprender de manera permanente.


Lo planteado anteriormente no es tarea fácil, comprende una reforma de las mentalidades. Plantea Morín, que la comprensión es a la vez medio y fin de la comunicación humana, que el planeta necesita comprensiones mutuas en todos los sentido y dada la importancia de la educación en la comprensión a todos los niveles educativos y en todas las edades, el desarrollo de la comprensión necesita una reforma planetaria de las mentalidades; esa debe ser la labor de la educación del futuro.

La ética del género humano

Este capítulo plantea que la ética propiamente humana, es decir una antropo-ética debe considerarse como una ética del bucle de los tres términos individuo - sociedad - especie, de donde surgen nuestra conciencia y nuestro espíritu propiamente humano. Esa es la base para enseñar la ética venidera.



La antropo-ética supone la decisión consciente y clara :

· De asumir la humana condición individuo - sociedad - especie en la complejidad de nuestra era.

· De lograr la humanidad en nosotros mismos en nuestra conciencia personal.

· De asumir el destino humano en sus antinomias y su plenitud.

La antropo-ética nos pide asumir la misión antropológica del milenio:

· Trabajar para la humanización de la humanidad.

· Efectuar el doble pilotaje del planeta: obedecer a la vida, guiar la vida.

· Lograr la unidad planetaria en la diversidad.

· Respetar en el otro, a la vez, tanto la diferencia como la identidad consigo mismo.

· Desarrollar la ética de la solidaridad.

· Desarrollar la ética de la comprensión.

· Enseñar la ética del género humano.

La antropo-ética conlleva, entonces, la esperanza de lograr la humanidad como conciencia y ciudadanía planetaria. Comprende, por consiguiente, como toda ética, una aspiración y una voluntad pero también una apuesta a lo incierto. Ella es conciencia individual más allá de la individualidad.


Reflexión


Luego de la lectura de los siete saberes necesarios de la educación del futuro, es indudable la necesidad urgente de reflexionar sobre la educación tradicional impartida en nuestras instituciones educativas, donde desde el primer contacto del individuo con el sistema, comienza la enseñanza de cómo separar y diferenciar; un conjunto de conocimientos repetitivos, particionados e inconexos que impiden, en palabras de Morín, religar los conocimientos para entender y manejar la complejidad de un mundo cuyos fenómenos están profundamente entrelazados.

La meta es emprender el gran viraje planteado por Morín. Ello implica una reforma paradigmática y una reforma de las mentes y del lenguaje, porque en palabras de Morín, “nombrar lo nuevo con la palabra vieja dificulta a nivel inconsciente detonar el cambio. Superar los bloqueos propios y los adquiridos por la educación que nos ha conducido a ser individuos desarticulados del contexto, ese es el gran reto de la Multiversidad”.
Las reformas planteadas conllevan a una reforma del pensamiento. Si la reforma del pensamiento es posible a través de la educación, ¿cómo reformar esa educación para que sea productora de esa reforma de pensamiento? ¿Y cómo iniciar la reforma de esa educación, con individuos que no han reformado aún su pensamiento? Reformar las instituciones con el objeto de reformar las mentes, requiere de una reforma de las mentes que sea capaz de impulsar la reforma de las instituciones, a esto, que Morin (2001: 104) denomina un “bloqueo provocado”, y que implica un bloqueo más amplio: la necesaria reforma del pensamiento para poder reformar la sociedad y la reforma de esa sociedad, necesaria para que se produzca la reforma del pensamiento.
Dos reflexiones de Morín expuestas en estos comentarios son particularmente interesantes para el proceso de toma de decisiones en el contexto de la ética: la triada individuo - sociedad - especie y el bucle intellect - affect. Toda decisión involucra una acción y toda acción genera efectos, efectos éstos que pueden ser positivos o negativos para los individuos, la sociedad o la propia especie. En este sentido, los tomadores de decisiones deben considerar que este proceso, como parte de la gestión, implica una mezcla compleja de conocimientos, experiencias, creatividad y asunción de riesgos; que debe ser considerada y abordada a los fines de alcanzar los objetivos popuestos, sin afectar o impactar de manera negativa a los individuos, la sociedad y la propia especie.

Por otro lado, el proceso de toma de decisiones es un proceso tan social que envuelve la razón y la emoción, la incertidumbre y el riesgo, y la creatividad y el conocimiento; además de otros factores individuales, grupales o externos que son propios de las personas y contextos en los que hacen vida las organizaciones. Estos factores inciden de manera directa en los procesos de percepción e interpretación de los tomadores de decisiones, y que pueden, según Morín, producir las cegueras del conocimiento: error e ilusión. En este sentido, el reto es grande, tomar decisiones en ambientes complejos y de manera ética, para realidades y problemas globales, inter y transdisciplinarios, planetarios.

Parece en este momento pertinente la reflexión de Pereira (2007):

“El reto del viraje es grande y requiere de un espacio abierto para reconciliar lo tecnológico, lo científico, lo social, lo cultural, lo histórico y lo humano; concibiendo, simultáneamente, la mirada global que entreteja y la visión local que distinga; lo común, lo distinto; lo que acerca, lo que aleja; lo que se revela y lo que se esconde. Una multidimensión que dé cabida al pensamiento y a la creatividad; a la razón y a la intuición; a la certeza y a la duda; capaz de reconocer la dimensión humana en su carácter individual y único, pero también colectivo y común a una especie con un destino de comunidad planetaria.
Una visión verdaderamente transformadora de la educación debe ocuparse de formar una nueva conciencia donde converjan ideas que, usualmente, se han juzgado contradictorias. La percepción de su entorno debe dejar de enmarcarse entre parámetros rígidos y comenzar a conjugarse en nuevos verbos, en nuevos tiempos, capaces de dar cuenta de la inserción de conceptos como riesgo, azar, imprecisión, fractalidad, incertidumbre, borrosidad, indeterminación y catástrofe” (p.5).

Referencias Bibliográficas

Argyris, C. y Schön, D. (1976). Theory in Practice. San Francisco: Joseey Publisher.

Morín, E. (2000). Los siete saberes necesarios a la educación del futuro. UNESCO. Faces UCV. Cipost. P. 124

Morín, E (2001). La Méthode 6: L’Ethique, (El Método 6: La Ética), Paris, Seuil.

Pereira, L. (2007). De la multiversidad a la sociedad-mundo: una propuesta educativa que hace camino al andar. POLIS Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 5 N°172007, Chile

3 comentarios:

  1. Comparto tu reflexión acerca del cambio de pensamiento para lograr que esto que plantea Morin sea una realidad y me refiero al cambio de pensamiento que pueda entonces prodcucir un cambio de la realidad educacional. La Biblia dice de manera parafraseada: Cambia tu manera de pensar para que así cambie tu manera de vivir, esto implica que este propuesta no es algo nuevo y que a medida que va pasando el tiempo, la humanidad se ha deshumanizado tanto que hace falta reforzar esto para lograr cambios sustanciales en el comportamiento del hombre. Yo diría, que este principio afectaría sustancialmente la manera en que el hombre actúa en todas la areas de su vida, que pueda cambiar su manera de pensar requiere adquirir el conocimiento que le permita el cambio de su pensamiento, el asunto es que, cuando se trata de la educación, quienes la impartimos bien sea en casa, en escuelas o universidades nos resistimos a romper con patrones que nos han controlado toda la vida porque no sabemos como cambiarlos o simplemente no nos atrevemos. Comencemos por nostros mismos, hagamos del cambio de pensamiento una acción a tomar, comencemos por admitir que no estamos propiciando la ayuda grupal, que somos tan inividualistas que nos resistimos a dejar de actuar y pensar como lo hacemos, que nuestro primer impulso o es comprender sino juzgar, que somo humanos y no perfectos pero podemos ser mejores si empezamos a ser como queremos que los otros sean.

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  2. Creo que has hecho un excelente paseo por lo dicho por Morin, y tus reflexiones complementan adecuadamente ese deber ser dentro de un mundo complejo en el que si no consideramos la triada estaremos debilitados. Respecto a la educación, indudablenete requerimos un cambio. Un cambio que venga en la cociencia de todos los que tenemos la responsabilidad de enseñar y que estemos en la disposición de articular lo que se enseña con lo que necesita la sociedad.

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  3. Con esta ensayo observamos esos principios que nos ayudarán a afrontar esa realidad que vivimos, porque no es en un futuro la tenemos enfrente y no la hemos querido ver, pero como aplicarlo, como realmente cambiar los pensamientos que no guiarán y orientarán a ver ese mundo complejo que vivimos, que cada dias es más confuso y no contamos con las herramientas que nos ayude a dislumbrar el futuro que queremos, que debemos trabajar para encontrarlo y nos beneficiará a todas nuestras generaciones, por ello dejo esta interrogante.
    ¿Como aplicar los principios para cambiar el mundo actual, sus pensamientos?

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